martes, 23 de marzo de 2010

... No hace falta ...


No hace falta que me hagas estrellarme contra esta pared de hielo improvisada… morir perforada por oscuros y terribles carámbanos… no hace falta que me hagas lamerle la espalda al dolor… ni que hagas que me duela la tripa por el miedo y la incertidumbre. No hace falta que sigas siendo tú… puedes ser otra persona si quieres… invéntate un rol mejor, un personaje mágico y magnifico, uno que me quiera, que me respete como mujer… que no me cause dolor. Tanto te quiero vacío acabará pasando factura. Quizá despiertes un día con toda esa montaña de te quieros podridos en la puerta, y no puedas volver a salir a la calle. ¿Quieres quedar sepultado en pura mentira, tú que eres pura maldad? Quiero dejar de verme reflejada en el cristal que fue todo esto, ese que ahora está roto… y corta como el filo más afilado del mundo. Mírame los dedos… no paran de sangrar de intentar reconstruirlo. Y tú mientras me miras y te ríes… y mientras mana la sangre susurras, como una madre tras la caída de su pequeño le avisa de que podría caerse: “ten cuidado… vas a cortarte” y también como ella que tras la caída le azota por no haber oído una advertencia que de todos modos había llegado demasiado tarde… me azotas con tus palabras… hirientes y cortantes… Haz que se vaya el hielo porfavor… ya ha llegado la primavera, ¿no te das cuenta? Te está picando a la puerta…