martes, 13 de julio de 2010

... Dispárame ¡YA! ...


El tacto suave y firme parecía impeler a lamer la superficie, notando la dureza con la lengua… efímero conformarse con la mera contemplación. Me acerco y te acaricio suavemente, deleitándome con la perfección imperiosa de tu forma. Te acerco a mí sujetándote con fuerza, intentando a la vez mantenerte lejos porque te necesito demasiado. Con sólo tres dedos consigo que te tenses, arqueándote sobre mí, acercándote sin siquiera quererlo; y suavemente y a la vez sin piedad libero la tensión. Un jadeo etéreo rompe el aire, ¿recuerdas el sonido de un orgasmo reprimido? Y entonces, con la máxima turbación del plano físico, el mental se aclara, nuestro único objetivo se alza desafiante y ambos estamos increíblemente cerca, cada vez más… La agitación del corazón llega a su cénit, y en un instante anacrónico todo acaba con un suspiro, con un tenue sonido que desgarra el aire… y el proyectil impacta.

1 comentario:

  1. Que genial mente la tuya, Sara.
    Algún día todo esto será un rozar bonito en el espacio-tiempo que cubrirá nuestras risas, mientras observamos, con las manos muy unidas, lo felices que somos, gracias a eso... quizás... un solo disparo.

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